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Consejos para la Iglesia
los desechos pútridos, en la humedad y el moho. No se toleren cerca
de la casa los desperdicios de verduras ni los montones de hojas
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caídas que se pudren y vician el aire. No debe haber tampoco dentro
de la casa cosas sucias o descompuestas.
La limpieza perfecta, la abundancia de sol, la cuidadosa atención
a las condiciones sanitarias de todo detalle de la vida doméstica,
son esenciales para librarse de las enfermedades y para alegrar y
vigorizar a los que vivan en la casa
Enseñad a los niños que a Dios le desagrada verlos sucios, con
la ropa desgarrada y desaseada. Tener la ropa limpia y aseada es
una manera de mantener los pensamientos puros y agradables. Hay
que conservar limpias especialmente todas las prendas que tienen
contacto directo con la piel.
La verdad jamás asienta su delicado pie en una senda de suciedad
o impureza. El que se preocupó tanto porque los hijos de Israel
cultivaran hábitos de limpieza, no sancionará ninguna impureza
en los hogares de sus hijos de la actualidad. Dios contempla con
reprobación la suciedad de cualquier clase.
Si hay rincones sucios y descuidados en la casa, será más fácil
que se formen rincones impuros en el alma.
El cielo es puro y santo, y los que pasen por las puertas de la
ciudad de Dios tendrán que haberse revestido de pureza interior y
exterior en este mundo
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El Ministerio de Curación, 206
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El Ministerio de Curación, 181, 182
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El Ministerio de Curación, 207, 208
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CSS 59, 60
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El Ministerio de Curación, 209, 210
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MeM 133
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