Página 162 - Hijas de Dios (2008)

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Hijas de Dios
No venga a preguntarme cómo debe vestirse. Si nuestras herma-
nas tienen el Espíritu de Dios morando en sus corazones como un
principio viviente, nunca darán ocasión a otras hermanas de excusar-
se diciendo que siguen la moda de las esposas de los pastores o de
las instructoras bíblicas. Use siempre vestidos de material bueno y
durable, de colores modestos, sencillos y sin adornos. Ciertamente,
usted necesita mejorar su estilo en el vestido.—
Carta 7, 1894
Carta de consejo dirigida a Addie Walling
Addie Walling era una sobrina nieta de Elena G. de White, nieta de
su hermana Caroline. Los esposos White llevaron a Addie y su
hermana a su hogar, y las criaron como si fueran sus propias hijas
.
Querida Addie: El hermano Whitney está hoy aquí, de paso pa-
ra Basilea [Suiza]. Edith Andrews está decayendo constantemente.
Pienso que este clima es mejor que el de Basilea para mis pulmones.
Aquí hemos tenido mucho trabajo debido a un sentimentalismo en-
fermizo de algunos obreros en la oficina. Espero, mi querida niña,
que te mantengas separada de estas cosas. Te ganarás la confianza
de aquellos a quienes respetas si eres reservada y no buscas las
atenciones y la compañía de los hombres jóvenes. Si tuviera tiempo
te escribiría acerca de algunas cosas que hemos tenido que enfrentar
aquí y en otros lugares. Edith, pobrecita, no está preparada para
morir. Siempre estaba buscando llamar la atención hacia sí misma.
Buscaba la compañía de unos pocos favoritos, mientras descuidaba
a los que eran buenos y dignos porque no eran de su gusto. Esos fa-
voritos la creían perfecta y la mimaban e idolatraban; y ella retribuía
sus afectos. Así que puedes notar que Dios había sido dejado fuera
de ese círculo. Este sentimentalismo enfermizo ha perjudicado la
efectividad de los jóvenes en la oficina y ha inhabilitado a algunas
de las señoritas para su trabajo.
Hablé claramente con Edith, pero parece no ver su condición.
Ahora le he escrito, y espero que vea sus errores. No ha tenido
experiencia en una religión genuina, y ahora tendrá que buscar a
Cristo y el poder de su gracia en este tiempo de debilidad. ¡Oh, si lo
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La carta completa está publicada en el documento, “The Fannie Bolton Story”, que
puede solicitarse al Centro White.