Página 31 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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El cumplimiento del tiempo
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el perdón. Si el mundo hubiera sido destruído, habría sostenido que
sus acusaciones eran ciertas. Estaba listo para echar la culpa sobre
Dios, y extender su rebelión a los mundos superiores. Pero en vez
de destruir al mundo, Dios envió a su Hijo para salvarlo. Aunque
en todo rincón de la provincia enajenada se notaba corrupción y
desafío, se proveyó un modo de rescatarla. En el mismo momento
de la crisis, cuando Satanás parecía estar a punto de triunfar, el Hijo
de Dios vino como embajador de la gracia divina. En toda época y
en todo momento, el amor de Dios se había manifestado en favor
de la especie caída. A pesar de la perversidad de los hombres, hubo
siempre indicios de misericordia. Y llegada la plenitud del tiempo,
la Divinidad se glorificó derramando sobre el mundo tal efusión de
gracia sanadora, que no se interrumpiría hasta que se cumpliese el
plan de salvación.
Satanás se estaba regocijando de que había logrado degradar la
imagen de Dios en la humanidad. Entonces vino Jesús a restaurar en
el hombre la imagen de su Hacedor. Nadie, excepto Cristo, puede
amoldar de nuevo el carácter que ha sido arruinado por el pecado. El
vino para expulsar a los demonios que habían dominado la voluntad.
Vino para levantarnos del polvo, para rehacer según el modelo divino
el carácter que había sido mancillado, para hermosearlo con su
propia gloria.
[29]
Gálatas 4:4, 5
.
Ezequiel 12:22 (VM)
.
Génesis 15:14
.
Éxodo 12:41
.
Gálatas 4:4, 5
.
Mateo 2:18
.
Hechos 3:22
.
Isaías 61:1, 2
.
Isaías 42:4; 60:3
.
Génesis 49:10
.
Daniel 2:44
.