Página 107 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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La victoria
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ángeles sirvieron entonces al Hijo de Dios, mientras estaba postrado
como moribundo. Fué fortalecido con alimentos y consolado por
un mensaje del amor de su Padre, así como por la seguridad de que
todo el cielo había triunfado en su victoria. Reanimándose, su gran
corazón se hinchió de simpatía por el hombre y salió para completar
la obra que había empezado, para no descansar hasta que el enemigo
estuviese vencido y redimida nuestra especie caída.
Nunca podrá comprenderse el costo de nuestra redención hasta
que los redimidos estén con el Redentor delante del trono de Dios.
Entonces, al percibir de repente nuestros sentidos arrobados las
glorias de la patria eterna, recordaremos que Jesús dejó todo esto por
nosotros, que no sólo se desterró de las cortes celestiales, sino que
por nosotros corrió el riesgo de fracasar y de perderse eternamente.
Entonces arrojaremos nuestras coronas a sus pies, y elevaremos este
canto: “¡Digno es el Cordero que ha sido inmolado, de recibir el
poder, y la riqueza, y la sabiduría, y la fortaleza, y la honra, y la
gloria, y la bendición!
[106]
Éxodo 17:7
.
Hebreos 11:6
.
Marcos 14:38
.
1 Corintios 10:13
;
Salmos 50:14, 15
.
Daniel 4:17
.
Santiago 4:7, 8
.
Proverbios 18:10
.
Apocalipsis 5:12 (VM)
.