La hospitalidad
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narse la vida, quienes tienen grandes dificultades para suplir sus
necesidades; pero aman a Jesús en la persona de sus santos, y están
listos para mostrar hospitalidad a creyentes e incrédulos, y tratan
de hacer provechosas sus visitas. En la mesa y en el culto de la
familia, dan la bienvenida a los huéspedes. El momento de oración
impresiona a aquellos que reciben su hospitalidad, y aun una visita
puede significar la salvación de un alma de la muerte. El Señor toma
nota diciendo: “Te lo pagaré.
Reconoced las oportunidades
—Despertad, hermanos y herma-
nas. No temáis las buenas obras. “No nos cansemos, pues, de hacer
bien; que a su tiempo segaremos, si no hubiéremos desmayado.” No
esperéis que se os indique vuestro deber. Abrid los ojos y ved en
derredor vuestro; llegad a conocer a los desamparados, afligidos y
menesterosos. No os escondáis de ellos, y no procuréis aislaros de
sus necesidades. ¿Quién da las pruebas mencionadas en Santiago,
de poseer la religión pura, sin mancha de egoísmo o corrupción?
¿Quiénes están ansiosos de hacer cuanto puedan para ayudar en el
gran plan de salvación
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Joyas de los Testimonios 2:568, 569
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Joyas de los Testimonios 2:569, 570
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Testimonies for the Church 2:28, 29
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Joyas de los Testimonios 2:571
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Testimonies for the Church 2:28
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Manuscrito 41, 1903
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El Ministerio de Curación, 272, 273
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El Ministerio de Curación, 273
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Christian Temperance and Bible Hygiene, 143
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The Review and Herald, 29 de noviembre de 1887
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Joyas de los Testimonios 2:571-574
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Testimonies for the Church 2:29
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