Página 111 - Palabras de Vida del Gran Maestro (1971)

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Un signo de grandeza
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la ira, y grande en benignidad y verdad; que guarda la misericordia
en millares, que perdona la iniquidad, la rebelión, y el pecado”
La obra de la redención implica consecuencias de las cuales es
difícil que el hombre tenga concepto alguno. “Cosas que ojo no vio,
ni oreja oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que ha
Dios preparado para aquellos que le aman”
Cuando el pecador,
atraído por el poder de Cristo, se acerca a la cruz levantada y se
postra delante de ella, se realiza una nueva creación. Se le da un
nuevo corazón; llega a ser una nueva criatura en Cristo Jesús. La
santidad encuentra que no hay nada más que requerir. Dios mismo
es “el que justifica al que es de la fe de Jesús”. Y “a los que justificó,
a éstos también glorificó”
Si bien es cierto que son grandes la
vergüenza y la degradación producidas por el pecado, aún mayores
serán el honor y la exaltación mediante el amor redentor. A los seres
humanos que se esfuerzan por estar en conformidad con la imagen
divina, se les imparte algo del tesoro celestial, una excelencia de
poder que los colocará aun por encima de los ángeles que nunca han
caído.
“Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al me-
nospreciado de alma, al abominado de las gentes... Verán reyes, y
levantaránse príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo
de Israel, el cual te escogió”
“Porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se
humilla, será ensalzado”.
[128]
[129]
Isaías 65:5
.
Mateo 5:3
.
Marcos 14:27, 29
.
Juan 21:15, 17
.
Daniel 12:10
.
Santiago 1:12
.
1 Corintios 10:12
.
Lucas 22:32
.
Marcos 16:7
.
Isaías 27:5 (VM)
.
Hebreos 7:25
.
Isaías 40:29
.
Juan 1:9
;
Jeremías 3:13
;
Ezequiel 36:25
.
Lucas 4:18; 5:31
.
Apocalipsis 3:17, 18
.
Jeremías 17:9
.