Página 457 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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El último viaje desde Galilea
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predijo la sentencia que estaba por caer sobre la nación impenitente.
Los que habían rechazado desdeñosamente la invitación al banquete
evangélico, oyeron sus palabras de amonestación: “Porque os digo
que ninguno de aquellos hombres que fueron llamados, gustará mi
cena.
Muy preciosas eran las instrucciones impartidas a los discípulos.
La parábola de la viuda importuna y del amigo que pedía pan a
medianoche, dieron nueva fuerza a sus palabras: “Pedid, y se os
dará; buscad, y hallaréis; llamad, y os será abierto.
Y a menudo
la vacilante fe de ellos fué fortalecida recordando las palabras que
Cristo había dicho: “¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos, que
claman a él día y noche, aunque sea longánime acerca de ellos? Os
digo que los defenderá presto.
Cristo repitió la hermosa parábola de la oveja perdida. Y dió aun
mayor alcance a su lección cuando habló de la dracma perdida y
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del hijo pródigo. Los discípulos no podían apreciar entonces toda
la fuerza de estas lecciones; pero después del derramamiento del
Espíritu Santo, cuando vieron la conversión de numerosos gentiles y
la ira envidiosa de los judíos, comprendieron mejor la lección del
hijo pródigo, y pudieron participar del gozo de las palabras de Cristo:
“Mas era menester hacer fiesta y holgarnos;” “porque este mi hijo
muerto era, y ha revivido; habíase perdido, y es hallado.
Y cuando
salieron en el nombre de su Señor, arrostrando reproches, pobreza
y persecución, confortaban a menudo sus corazones repitiendo su
mandato: “No temáis, manada pequeña; porque al Padre ha placido
daros el reino. Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas
que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde
ladrón no llega, ni polilla corrompe. Porque donde está vuestro
tesoro, allí también estará vuestro corazón.
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Juan 7:6
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Juan 3:14
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Lucas 2:49
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Juan 2:4
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Marcos 10:1
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Isaías 42:3
;
Mateo 12:21
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Apocalipsis 3:20
.
Juan 19:30
.
Juan 3:16
.
2 Corintios 12:10
.