Página 613 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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“Haced esto en memoria de mí”
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consagrado por la agonía de Aquel que llevó los pecados del mundo.
Presenciamos la lucha por la cual se obtuvo nuestra reconciliación
con Dios. El Cristo crucificado es levantado entre nosotros.
Contemplando al Redentor crucificado, comprendemos más ple-
namente la magnitud y el significado del sacrificio hecho por la
Majestad del cielo. El plan de salvación queda glorificado delante de
nosotros, y el pensamiento del Calvario despierta emociones vivas y
sagradas en nuestro corazón. Habrá alabanza a Dios y al Cordero en
nuestro corazón y en nuestros labios; porque el orgullo y la adora-
ción del yo no pueden florecer en el alma que mantiene frescas en
su memoria las escenas del Calvario.
Los pensamientos del que contempla el amor sin par del Salvador,
se elevarán, su corazón se purificará, su carácter se transformará.
Saldrá a ser una luz para el mundo, a reflejar en cierto grado ese
misterioso amor. Cuanto más contemplemos la cruz de Cristo, más
plenamente adoptaremos el lenguaje del apóstol cuando dijo: “Lejos
esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo,
por el cual el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.
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1 Corintios 11:23-26
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1 Pedro 1:19
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Juan 13:11
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Juan 13:11, 18
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1 Corintios 5:11
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1 Corintios 11:28, 27, 29
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Juan 14:27
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1 Corintios 11:26
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Juan 3:14, 15
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Juan 6:53-55
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Juan 6:54, 56, 57
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Gálatas 6:14
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